La salud mental ha dejado de ser un asunto silenciado. Hoy, en medio de una sociedad cada vez más consciente de su fragilidad emocional, Colombia da un paso firme con la promulgación de la Ley 2460 de 2025, que reforma y fortalece el marco normativo de la Ley 1616 de 2013, buscando garantizar una atención integral, digna y sin discriminación para quienes enfrentan trastornos mentales o dificultades emocionales.

Este avance legislativo no solo reafirma que la salud mental es un derecho fundamental, sino que coloca a las personas en el centro de la política pública, reconociendo su dignidad, su diversidad y su contexto.

Atención integral e integrada: más allá del tratamiento clínico.

Uno de los pilares de esta ley es la transformación del enfoque tradicional de atención en salud mental. Se abandona la visión limitada a la consulta psiquiátrica o al suministro de medicamentos, y se propone un modelo integral e integrado que reconoce la complejidad de los factores que afectan nuestro bienestar emocional.

Como lo indica la norma:

“La atención integral en salud mental no se reducirá a un tratamiento médico, psicológico o psiquiátrico, y se llevará a cabo con un enfoque biopsicosocial y comunitario e incluirá acciones complementarias al tratamiento tales como la integración familiar, social, laboral, educativa y en actividades culturales, físicas, deportivas y/o recreativas.” (Art. 12).

Este enfoque reconoce que las personas no se sanan solo con medicamentos. Se requiere apoyo familiar, integración social, acceso a espacios culturales y deportivos, y sobre todo, una sociedad que entienda, no que juzgue.

Además, se crea un protocolo nacional de atención preferente para niños, niñas, adolescentes y jóvenes, incluyendo rutas claras de atención, prevención del suicidio y promoción de entornos escolares seguros.

Educación emocional desde la infancia

La ley subraya que educar emocionalmente es prevenir enfermedades mentales. Por eso, obliga a que las instituciones educativas promuevan desde edades tempranas:

  • La identificación y expresión saludable de las emociones.
  • La prevención del acoso escolar, el abuso sexual infantil y otras formas de violencia.
  • La consolidación de “entornos protectores” escolares y comunitarios.

Este enfoque revoluciona la manera en que el Estado se relaciona con el bienestar emocional de los niños, reconociendo que la prevención debe empezar mucho antes de que aparezcan los síntomas.

Entornos protectores: espacios que cuidan

La ley introduce una definición poderosa y necesaria: los entornos protectores. Estos son los espacios —físicos, sociales o virtuales— donde las personas pueden crecer, participar, expresarse y desarrollarse sin miedo a la violencia ni al estigma.

“Son espacios libres de violencia donde las leyes se cumplen y la sociedad tiene prácticas protectoras y de cuidado de los unos con los otros que reducen la vulnerabilidad y fortalecen los derechos de las personas.” (Art. 5, numeral 9).

Esto obliga al Estado y a la sociedad civil a trabajar en conjunto para crear barrios, hogares, escuelas, lugares de trabajo y plataformas digitales que realmente protejan la salud mental. Se establecen campañas pedagógicas, tamizajes en instituciones educativas, formación en primeros auxilios psicológicos y el fortalecimiento de las escuelas para padres como actores clave en este proceso.

¿Y ahora qué sigue?

Informarse, participar, exigir. Si eres docente, profesional de la salud, líder comunitario, madre, padre, joven o simplemente alguien que quiere construir una sociedad más humana, esta ley te concierne. Es momento de asumir que la salud mental no es un lujo, es un derecho, una necesidad y una urgencia.

¿Quieres leer el texto completo de la Ley 2460 de 2025? Puedes consultarlo directamente en el Diario Oficial o solicitarlo a nuestro equipo legal. Si tienes preguntas o requieres orientación en salud mental, no dudes en contactarnos.

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